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La meditación para el corazón tranquilo calma tu mente y emociones. Crea en ti un silencio profundo, y te permite conseguir una percepción clara de tu relación contigo mismo y con los demás, de modo que desarrolles la capacidad de actuar con esta claridad desde tu corazón.
Se hace así:
Siéntate en postura fácil y coloca tu mano izquierda abierta y con los dedos juntos, en paralelo al suelo, con la palma apoyada sobre el corazón. Este mudra será el que creará el silencio profundo en tu interior.
Coloca la mano derecha en 
gyan mudra (tocando la yema del dedo índice con la yema del pulgar). Levántala para colocarla en tu lado derecho del cuerpo, a la altura de tu hombro y con el resto de los dedos apuntando hacia arriba. La palma mira hacia delante y el codo, flexionado, se encuentra relajado. Este mudra te pone en acción de una forma pacífica y relajada.
Ahora, la respiración es muy sencilla: inhala por ambas fosas nasales todo lo que puedas, y aguanta la respiración por dentro hasta que no puedas más (tampoco te obligues a tensarte, hasta que no puedas más de una forma relajada). En ese momento, lentamente exhala todo el aire y aguanta de nuevo sin aire hasta que no puedas más. Entonces, vuelve a inhalar y repite la secuencia.
Cierra los ojos y dirige tu mirada hacia el tercer ojo, en el entrecejo; y concéntrate en tu respiración. El tiempo dado es de 3 a 11 minutos, aunque nosotros te recomendaríamos que hicieses 7 u 11. Ten paciencia con esta meditación, pues estás haciendo frente a miedos muy profundos que van a tratar de desconcentrar tu mente, mover tu cuerpo, y hacer que no consigas seguir el patrón de la respiración.
Y, como siempre, no dudes consultarnos si algo no te ha quedado claro. ¡Recuerda que es mejor preguntar que no hacerlo correctamente!
